en aquella mesa del café...

Se lo que quieren estos ojos y no se atreven a decir. Quieren besos de papel. Ya, ya se que tu no escribes...lo tuyo son los besos no las palabras...

Deja la ventana y mírame... Por favor.

Yo se que te da claustrofobia esa hoja en blanco, ese "no saber"...me vale con que escribas algo en esa servilleta, bueno en esos harapos de papel.

Y mirándola fijamente cierra su puño, aprieta con fuerza lo que queda de servilleta y antes de asfixiarla la deja caer. A ella se le saltan las lágrimas, pero el nudo en su garganta se hace con el control y corta de cuajo su hipersensibilidad.

Así es como te haría el amor, dice él.

Y se marcha.